¿Alguna vez has pensado en montar tu propio podcast?

¿Nunca te ha pasado que durante una conversación interesante con colegas algun@ soltara la frase “deberíamos montar un podcast”? Desde el blog de Filmo inauguramos una serie de artículos donde explicaremos los recursos técnicos imprescindibles para producir un programa de estas características.

Hoy en día los recursos tecnológicos para la producción de un programa de este tipo son mucho más accesibles que antaño. Sin ir más lejos, en Filmo puedes encontrar todo el material que necesitas a disposición para el alquiler. Sin embargo, ¿cuál es la infraestructura necesaria para que quede todo perfecto, y cuáles son las distintas opciones según cada presupuesto? En esta serie de artículos explicaremos las alternativas que ofrece la tecnología para la realización de un podcast. Pasaremos de lo sencillo a lo complejo, es decir, del formato más básico de sólo audio (sin vídeo) con micrófono único, a un formato más desarrollado de audio y vídeo, varios micrófonos y emisión en directo.

La voz, el elemento imprescindible de cualquier podcast

El podcast nació como un formato originalmente constituido por el audio. Al elemento sonoro, en esencia la voz de las personas y todo tipo de sonidos o canciones, más adelante se le sumó el elemento visual, que es un suplemento más que un complemento. El audio es el elemento imprescindible que debe presentar todo podcast que se precie, mientras que el vídeo puede dar un valor agregado a la pieza, pero nunca debería ser imprescindible.

Un ejemplo perfecto del valor suplementario que tienen las imágenes en un podcast es Crims, una de las producciones más laureadas de los últimos tiempos. El true crime en catalán por antonomasia empezó en Catalunya Ràdio en formato de audio puro, con la inconfundible narración de Carles Porta y los testimonios de los personajes envueltos en cada caso. A medida que el programa adquirió notoriedad, el organismo que controla los medios públicos de Catalunya (popularmente conocido como la Corpo) llevó Crims de la radio a la televisión, y los presupuestos que se incrementaban permitieron llevar a cabo producciones cada vez más elaboradas, que hoy en día hacen que no tenga nada que envidiar a programa alguno del género.

Podcasts narrativos o podcasts conversacionales

Llegados a este punto cabe diferenciar entre dos tipos de podcasts. Se trata de una clasificación grosso modo, pero nos ayudará a detectar las características que distinguen estos dos géneros:

      · Están aquellos podcasts de la esfera del true crime, normalmente de género narrativo/investigativo donde el principal esfuerzo de trabajo está en la preproducción y en la posproducción.  Ello se debe a que se van sucediendo distintas voces, ruidos de ambientación, sonidos y música, todo ello para dar un efecto de verosimilitud extraordinario a la crónica negra, que sigue un guion milimétricamente calculado. El ejemplo más obvio es el antes citado programa de la CCMA Crims (que cabría preguntarse si sigue siendo un podcast o ya se ha convertido en un programa de tv). Un ejemplo actual de podcast true crime: la producción de la Revista Panenka en colaboración con Radio Primavera Sound, Brazalete negro, una serie de documentales sonoros que reúnen testimonios y pruebas acerca de turbios episodios del mundo del fútbol (como no podría ser de otra manera, hay dos capítulos dedicados al infame Mundial organizado a finales del año pasado en Qatar).       

      · Por otro lado, están los podcasts de tipo conversacional, donde los programas no están ni remotamente guionizados en comparación con los del otro tipo. Se graban encuentros entre personas, y es el propio encuentro el que se emite, tal cual ocurra (o con leves retoques). A menudo este tipo de podcasts tienen guion, sin embargo es mucho más flexible. Se organizan secciones al estilo de los programas de radio, pero admitiendo giros, cambios e improvisación. Están reservados en la escaleta momentos para la tertulia espontánea, un contenido que no tiene cabida en el otro tipo de podcast. También en Catalunya encontramos uno de los proyectos autoproducidos referencia en la actualidad, el programa de humor sobre el Barça La Sotana, que pese a ser en una lengua minoritaria como el catalán, es una de las autoproducciones más exitosas de Europa. A nivel internacional, una de las referencias sin duda es The Joe Rogan Experience, un podcast alojado por el presentador que da nombre del programa, que ha entrevistado largo y tendido en su peculiar estilo, a polémicas figuras de la talla de Elon Musk.

 

Lo que tienen en común ambos géneros de podcast es que el elemento principal es la voz conductora (sea de los narradores y testimonios, sea de los presentadores y tertulianos) sumada a todo tipo de sonidos secundarios. También, que pueden estar alojados en cualquier sitio de la web: desde plataformas de streaming musical a reproductores de video, pasando por páginas de medios de comunicación, como es el caso de Crims y Brazalete Negro (Tv3 y RPS, respectivamente). El formato de podcast conversacional vive un gran momento gracias a que es un contenido que puede ser consumido con atención completa o parcial, con lo cual es perfecto para prestar atención a ratos, a veces mientras se llevan a cabo otras tareas (el fenómeno del multitasking).

Ya tengo mi voz, ¿qué más necesito?

Obviamente el elemento capturador de voz por excelencia es el micrófono. Sin embargo, existen muchos tipos de micrófono y tecnologías que aseguran una mayor o menor calidad a la hora de recoger los matices del timbre de nuestra voz. Al oyente le será proporcionada una experiencia distinta según el tipo de micrófono, la insonorización de la sala y otros muchos factores que en esta serie de artículos, más adelante seguro tendremos momento de analizar.

Un podcast es un formato coral, esto es, un formato donde participan varias voces simultáneamente que interactúan entre sí. Esto lo diferencia de formato de streaming al uso, donde suele ser una sola la voz conductora del programa, o máximo dos. La esencia de cada podcast se determina en la interacción de las distintas voces que conducen el programa, la química que se genera. Por eso, es fundamental que la parte técnica (micrófonos, insonorización de la sala, etc.) funcione perfectamente, y no suponga ni una distracción, ni un motivo de duda en ningún momento para las voces cantantes del podcast.

Para finiquitar esta primera entrega, proponemos una última clasificación sumaria: los dos tipos de micrófono que ofrece el mercado. Por un lado, están los micrófonos que se conectan directamente al ordenador por conexión USB, y por el otro están los micrófonos de conexión XLR, que demandan una interfaz de sonido para su funcionamiento. Una interfaz de sonido, o una tarjeta de audio externa, es un dispositivo que externaliza el sistema de sonido del ordenador al que se conecta. Los micrófonos de conexión XLR demandan este dispositivo porque son una tecnología más sofisticada que los micrófonos de conexión USB. Desde la interfaz de sonido podremos regular el volumen y demás variables de los micrófonos XLR, algo que no sucede con los micrófonos del otro tipo. Además, dado que los ordenadores tienen un número limitado de entradas USB, esto supondrá una dificultad a la hora de conectar más de un micrófono.

Los micrófonos USB cumplen perfectamente su acometido y son una opción práctica y asequible para un streamer que esté empezando, o alguien que quiera hacer un podcast narrativo y no necesite capturar varias voces simultáneamente. Si queremos llevar a cabo un podcast coral, donde haya varias personas simultáneamente en modo tertulia, necesitaremos micrófonos de conexión XLR y por consiguiente una interfaz de sonido para poder hacerlo de forma decente.

¿No sabías que era tan fácil montar tu propio podcast?

Efectivamente, una vez tengamos la interfaz de audio y los micrófonos XLR, sólo queda conectar todo el cableado correctamente, hacer las pruebas pertinentes y a partir del momento que empecemos a grabar, ya habrá arrancado nuestro podcast. Hay muchos otros factores que estamos obviando, como qué programa emplear para grabar en el ordenador al que esté conectada nuestra interfaz de audio, o cómo introducir canciones o efectos de sonido durante la grabación. Resulta imposible explicarlo todo en un artículo introductorio, pero más adelante entraremos en detalle.

Esta ha sido una primera entrega de artículos bajo el título “¿Cómo montar un podcast?” en la que lo importante era que quedara claro qué entendemos por un podcast y lanzar un par de consejos iniciales. En adelante, seguiremos publicando y no hace falta decir que os escuchamos si nos queréis mandar consultas. El formato podcast es muy incipiente, todavía no está del todo claro qué lo diferencia de la radio. La ventaja que ofrece es que el material necesario para llevarlo a cabo es bastante accesible. Como hemos señalado antes, sin ir más lejos podrás encontrar todo (micrófonos, tarjetas de sonido…) en Filmo. Si alguna vez te ha pasado por la cabeza dejar de consumir y empezar a producir, ¡deja de montarte pelis y empieza a hacerlas!